Los hechizos han estado siempre presente en la historia del ser humano como un acto simbólico de interferir en la realidad. Desde el Neolítico las civilizaciones primitivas han utilizado el simbolismo místico para materializar sus deseos. Como por ejemplo, las pinturas rupestres, puesto que los Neandertales pensaban que al dibujar los animales podrían dominar su espíritu para darles caza al plasmarlos en la piedra u otra superficie sólida.

Este simbolismo primitivo ha ido evolucionando a lo largo de la historia dejando un abundante legado sobre su existencia. Como por ejemplo, los jeroglíficos egipcios, los famosos sellos de Salomón en la magia cabalistica de la tradición hebrea, la Wicca o los símbolos esotéricos utilizados por los celtas por solo citar algunos de los vestigios esotéricos que se continúan aplicando en la actualidad.

Aunque la aplicación de los hechizos se ha producido de manera generalizada desde las primeras dataciones históricas, no siempre han sido vistos con buenos ojos ,especialmente por las religiones que trataban de imponerse a estas prácticas paganas que se situaban fuera de sus dogmas y en algunos periodos como en la Edad Media, fueron ampliamente perseguidos y castigados acusando de brujería a todo aquel que lo practicaba por instituciones públicas que organizaban una auténtica caza de brujas como la Santa Inquisición, que se fundó en 1184 en el sur de Francia y se fue extendiendo paulatinamente por toda Europa y posteriormente a las Américas.

Es curioso observar cómo tras la abolición del Tribunal de la Inquisición el misticismo se une con la religión hasta el punto de resultar difuso en algunos casos. Pues por ejemplo, los rituales con Santos como las novenas y plegarias con peticiones de toda índole han permanecido hasta nuestros días.

Afortunadamente son otros tiempos y los hechizos han sabido adaptarse a las tendencias actuales utilizando los medios telemáticos para difundir el conocimiento ancestral, su simbología y rituales. Es por ello que muchos portales han proliferado en los últimos años para acercar sus prácticas prohibidas a las personas que deseen aplicarse sobre estas artes para interceder directamente sobre su futuro o sobre el de otras personas.

Para todo aquel que esté interesado en la práctica de hechizos o tan solo quiera satisfacer su curiosidad acerca del tema, es necesario mencionar que los hechizos en sí mismos no son buenos ni malos, pues lo que importa es la intención o el motivo por el cual se realicen y en este punto, existen hechizos, prácticas y rituales destinados a una amplia variedad de propósitos, como por ejemplo, atraer el amor, defenderse de las malas intenciones y deseos ajenos, atraer riqueza, prosperidad, tener visiones, o alcanzar un nivel superior de conciencia o autoconocimiento para la evolución del alma.

A la hora de practicar hechizos como en casi todo en la vida, debemos tener en cuenta que existen ciertas reglas o leyes universales para su utilización de forma segura y que consisten en respetar el libre albedrío de las personas y no dañar. Todo aquello que se aleje de estas prácticas y que tenga como finalidad alterar la voluntad de otras personas o perjudicarlas independientemente de cual sea el motivo o propósito, se cataloga dentro de las denominadas Artes Oscuras o magia negra, cuyo uso tiene consecuencias muy negativas a nivel kármico.