2. ¿Cuál fue su surgimiento?
En el año 1951 fue abolida la última “Witchcraft Act” (Legislación
de Brujería) existente en Gran Bretaña -las cuales venían existiendo desde la
época de Enrique VIII-, que era en ese momento el Acta de 1735. Por esta ley,
quien decía que podía (no que lo lograra, sino que pretendiera poder hacerlo)
conjurar espíritus, conocer cosas ocultas, predecir el futuro, realizar
hechizos y encantamientos,… podía ser castigado con penas desde monetarias a
encarcelación, o a ser expulsado del territorio. Al perder vigencia dicha Ley
algunas personas empezaron a ser conocidas como brujos y brujas, los cuales
decían haber estado escondidos de la luz pública por miedo a aquella
legislación anti-brujos.
Uno de ellos era el ocultista Gerald Brosseau Gardner
(1884-1964). Gardner fue miembro de grupos esotéricos como la Sociedad Folclórica,
la Hermandad de masonería irregular Co-Masonería, la Orden Druida, o la
Hermandad Rosacruciana de Crotona. De esta última afirmó –aunque con vaguedades
y escasas referencias claras- que a partir de 1939 le iniciaron en la Wicca; es
lo que él definió como el grupo de brujas de New Forest, las cuales, afirmaba,
habían mantenido en la clandestinidad su religiosidad pagana pre-cristiana y
por ellas le fue transmitida por iniciación a él.
En el año 1954 Gardner publicó “Witchcraft Today” (La
Brujería hoy en día), y en el 1959 “The Meaning of Witchcraft” (El significado
de la Brujería), si bien antes de la derogación de la “Witchcraft Act” publicó
bajo el pseudónimo de Scire en el 1949 los rituales en su obra “High Magic´s
Aid” (Ayuda para la Alta Magia). Gardner entendía la Wicca como Brujería, y
posteriormente rescató para ella el término “Wica”, que con el tiempo quedaría
como “Wicca”.
Gerald B. Gardner es el principal difusor de la Wicca, y de
la teoría falsa de la existencia y continuidad de esta religiosidad a lo largo
de los siglos, encubierta en la sociedad británica. Los orígenes de esta teoría
y de la misma Wicca se encuentran en las ideas del romanticismo de final del
siglo XIX y su vuelta a la naturaleza y las divinidades de la antigüedad. Hay además
influencia del folclorismo inglés, grupos rosacruces, masones y ocultistas,
como la Golden Dawn, o de autores como Aleister Crowley, Charles G. Leland, y
obras como las de Margaret Murray o James Frazer. La obra de Margaret Murray,
“The Witchcraft in Western Europe” (La Brujería en la Europa Occidental), de
1921, afirmaba que había una corriente subterránea de creencias y culto pagano
que de manera continuada venía practicando su antiguo culto al dios cornudo,
símbolo de la fertilidad (nada que ver con cultos satánicos). Según M. Murray
se seguían reuniendo en “covens” (aquelarres o círculos) durante las lunaciones
y en los ciclos estacionales principales, donde se comía y bebía, se danzaba,
se daba rienda suelta a la sexualidad entre los miembros, dando así culto al
dios cornudo que presidía el “coven”.
Lamentablemente para los creyentes en la Wicca, no hay
indicios científicos fundados de que todo esto sea así; más bien parece ser
falso. No existen pruebas que mantengan ninguna de estas tesis, y parece ser
que más bien no ha habido ninguna continuidad de prácticas ocultistas,
brujeriles o paganas durante tanto tiempo de manera establecida, coordinada y
lineal en las islas británicas o en ningún lugar de Europa. Las tesis de M.
Murray y de G. Gardner son fruto más de la fantasía y la especulación
desenfrenada que del trabajo científico y concienzudo de un investigador. Hasta
donde se ha certificado y demostrado los grupos más antiguos son de la década
de 1930, con influencias folclóricas, romanticismo, teosofía, mitología,
druidismo y magia.
Sin embargo, y a pesar de ello, sí podemos afirmar que la
Wicca amalgama y concita prácticas pre-cristianas ligadas a la tierra y la
naturaleza, al margen de tradiciones reales o de organizaciones existentes.
Otros brujos que en estas décadas de 1950-1960 decían
también –falsamente- ser iniciados y sucesores de las líneas de brujos y brujas
antiguos y tradicionales, son Robert Cochrane, Sybil Leek, Charles Cardell,
Raymond Howard o Rolla Nordic, modelando entre todos lo que será la Wicca que
se estaba constituyendo. Pero los libros de G. Gardner, sus numerosas
apariciones públicas en los medios de comunicación y su ayuda como iniciador de
diversos “covens” por el que surgieron multitud de grupos mágicos en las Islas
Británicas, lo convirtió en el principal impulsor, aunque hemos de mencionar la
ayuda de la sacerdotisa Doreen Valiente en la constitución de algunos de sus
rituales Wicca.
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