Dimensiones
La realidad de la existencia (y con este concepto queremos
decir más allá de la vida física) de los hombres se mueve en diez diferentes
dimensiones. Las 5 primeras son las más “terrenales” y a partir de la sexta
entraríamos en las más espirituales, pero debido a la importancia de poder
comprender bien desde la base el esquema dimensional y a efecto de situar cada
situación de nuestra vida en una u otra dimensión pasaremos a explicarlas desde
el principio.
Pero antes de que siga usted leyendo hay que explicar para
qué le va a servir todo esto. En primer lugar si las dimensiones son los
distintos niveles o planos en los que vivimos la vida será bueno reconocer en
cual estamos, o mejor dicho en cual mayormente nos encontramos, pues somos
seres pluridimensionales, pero siempre hay alguna que domina sobre las otras. Y
luego, una vez determinado este nivel en que nos movemos es necesario, cuando
surja un problema en nuestra vida, determinar en qué dimensión está ya que la
solución más eficaz será verla desde una dimensión diferente (no siempre tiene
que ser la superior) y abordar el problema desde allí. En definitiva, esto
sería como una ruta de las circunstancias en las cuales vivimos. Empecemos.
PRIMERA
DIMENSIÓN. Hace referencia a aquello que es, y que no admite
contrario. Es decir aquello que cuando “es” no puede ser de otra manera. Por
ejemplo: el fuego, cuando existe, quema. No puede existir fuego sin que algo
queme. Las abejas construyen sus paneles de manera hexagonal, no lo pueden
hacer de otra manera, están a nivel 1
El chiste del político que dice gritando al pueblo desde un
balcón “haremos un país libre, y al que no quiera ser libre… le obligaremos a
ser libre” está reivindicando la libertad desde la dimensión 1.
Pero claro, es posible que estos ejemplos le queden lejos de
lo que cree que es su vida, sin embargo la dimensión 1 existe continuamente en
nosotros y es importantísima. Veamos de nuevo un ejemplo.
Antes de la crisis
que actualmente hay en España, es decir hace unos cuatro años más o menos,
todos los españoles creían que el precio de los pisos, nunca, nunca, nunca
podrían bajar. De esta manera comprar un piso siempre era “bueno” pues siempre
se podía venderlo por más de lo pagado al comprarlo. Es decir los españolitos
vivíamos en una dimensión 1 por lo que respecta a la vivienda. Eso nos ha
llevado a los problemas que tenemos cuando hemos dejado de estar en la
dimensión 1 por lo que se refiere al precio de los pisos, y estos han pasado a
la dimensión 2, es decir que pueden subir y bajar.
Estar en la dimensión 1 supone una situación de aceptación.
Quien dice para justificarse de algo eso tan típico de: “yo soy así” está en
esta dimensión y precisamente por ser dimensión 1 es muy complejo que cambie y
pase a la dimensión 2 que es la que permite el cambio. Si en la dimensión 1
estamos bien (aunque en realidad aquí no hay concepto de bien/mal pues eso en
lo que estamos… es lo que hay) perfecto, el problema es si eso de “es lo que hay”
no nos convence. Entonces podemos sentirnos atrapados en una realidad horrible
y como toda justificación tenemos eso de “es lo que hay”, locución bastante
oída en nuestro idioma actualmente.
La persona de 50 años que cree que no tendrá trabajo por la edad
y el momento… está en la dimensión 1 también y en la medida que ese problema lo
sitúe en ese nivel dimensional no encontrará trabajo.
Todo ello nos lleva a ver que si queremos cambiar algo en
nuestra vida hay que proceder por el cambio dimensional, y en este caso, ello
nos conduce a ver qué es la dimensión 2.
SEGUNDA
DIMENSIÓN. Aquí entra la dualidad y en consecuencia la posibilidad
de escoger. Claro que si ha pensado en un caso doloroso por eso de “es lo que
hay” proveniente de la dimensión 1, ahora la dimensión 2 parecerá la salvadora
de la situación, pero por si misma esa dimensión no es ni buena ni mala sino
ambas cosas a la vez. Veámoslo. Cuando entramos en la dimensión 2 la
posibilidad de elegir nos obliga a dejar la otra parte y eso es algo que
continuamente tenemos que hacer. Renuncias a esto para obtener aquello, pero
¿Cómo saber si la elección será la acertada? Imposible.
Las situaciones que lleva una elección son siempre
difíciles, porque a algo, siempre, hay que renunciar. Y es por ello que nos
cuesta tanto a los humanos decidir y cambiar, porque aquello que tomamos lleva
implícito una renuncia de aquello que dejamos.
Usted que está leyendo esto, lo cual se lo agradezco, ha
renunciado a ver la programación de la tele por ejemplo ya que es imposible, a
este nivel, hacer dos cosas a la vez, de manera que siempre queda la cuestión
si el leer estas líneas le resultará más útil que el ver la tele. Personalmente
espero que así sea pero si la dimensión 1 se caracterizaba por la idea de aceptación,
esta dimensión 2 al caracterizarse por la idea de dualidad siempre supone
situarnos en un lugar renunciando a estar en otro.
La solución a esta particularidad de la dualidad hace tiempo
que la definieron los monjes budistas zen en el principio “cuando como, como,
cuando duermo, duermo”. Es decir cuando se elige una posibilidad hay que
olvidarse totalmente de la abandonada. Es decir, haga todo poniendo atención en
lo que hace y no en lo que ha dejado de hacer. Pero claro, esto supone en
realidad pasar de la dimensión 2 a la dimensión 1, con lo cual se vuelve a ver
que para solucionar un asunto hay que cambiar de dimensión.
Esto es muy fácil de decir pero ¿todos somos capaces de
cuando comemos centrarnos “solo” en la comida sin pensar todo lo que tenemos
que hacer después, o pensar en un problema? Si quiere realmente saborear la
comida cuando más se centre en ello, cuanto más abandone la dualidad de “uso
tiempo comiendo / uso tiempo pensando en problema” mejor le sabrá a su gusto y
a su cuerpo. Pero eso no es tan fácil.
LA TERCERA
DIMENSIÓN es la más conocida y hace referencia a todo lo
material, el tocar de pies en el suelo. Es la que más vivimos en nuestra
sociedad, con la que mas nos identificamos y en la que más creemos y aceptamos.
La excesiva identificación de nosotros con la materia es lo que nos lleva al
excesivo miedo a la muerte, por ejemplo, pero eso sería otro tema. Y si la 1
suponía aceptación (“es lo que hay”) , la 2 por la dualidad, la 3 se define por
la materia y esta se caracteriza por el poder. Poder del tipo que sea, y el
reflejo mas claro del poder es el dinero. Lo que llamamos “práctico” se centra
en esta dimensión y probablemente hasta que se hable de la dimensión 6 de
manera inconsciente los mensajes de las otras dimensiones serán traducidos a
esta. Vaya es como entender lo que va bien o no en función de cómo nos afecte a
nuestra materialidad. En realidad es tan cercana a todos esta dimensión que no
precisa más explicación, así que no vamos a hacerlo.
LA CUARTA DIMENSIÓN es un
tanto especial, hace referencia a todos los asuntos emotivos, deseos, pasiones
y similares. Y tienen muchísima fuerza en nuestras vidas y por supuesto afecta
a la tercera. Somos seres emotivos tanto como materiales, eso es indudable. Por
supuesto que aquí tiene cabida el amor humano pero esa idea de amor está
escrita en minúsculas. El verdadero Amor no lo encontraremos hasta el nivel 10.
Nuestro amor de 4ª dimensión es siempre condicional, es de esos de “te quiero…
mientras”, “ te quiero ….sí “ etc. Hasta el amor de una madre a su hijo es
condicional pues al fin y al cabo en ese amor hay una condición: que sea el
hijo. La madre Teresa de Calcuta tenía Amor incondicional, pero la mayoría de
nosotros vivimos amores de cuarta dimensión. Y claro en esta dimensión también
están los odios, que es la otra cara de eso que llamamos amor. No hay que
olvidar que cuatro es dos al cuadrado de manera que la dualidad aquí está
presente y “al cuadrado”.
Veamos cómo afecta la situación de esta dimensión a la
tercera.
Una pareja de enamorados están muy bien, de repente se casan
y surgen problemas. ¿Qué ha pasado? ¿Alguien ha cambiado?. Lo que ha pasado es
se ha ido de la cuarta dimensión a la tercera, a la material, y las reglas que
rigen en una no tienen por qué regir en la otra. Es como si jugadores muy
buenos de basket se ponen a jugar a futbol, a lo mejor no son tan buenos dando
patadas al balón como encestando. El enamorado que recitaba poemas a la luz de
la luna quizá no sea la pareja ideal para la tercera dimensión en que lo
importante es pagar el recibo de la luz. Y en muchos casos esos son los
problemas de pareja, una cosa es lo que llamamos “amor” (emociones de 4ª
dimensión) y otra la materia.
Mientras que en occidente uno se casa con quien quiere en la
India hay un principio que dice “cásate con quien te convenga, que acabarás
amandolo” Es decir los hindús arreglan sus matrimonios para que sean un éxito
en la tercera dimensión y luego aspiran desde ahí subir a la cuarta. Para ello
usan hasta la astrología para ver esa conveniencia. Nosotros lo hacemos al
reves. Y poniendo un símil, ¿cómo es más fácil caerse de una ladera? ¿Subiendo
o bajando?
En esta dimensión entra todo el componente de fantasía, todo
lo virtual que tan de moda está en nuestros días. Los chats de Internet son
fantásticos siempre que cada uno se muestre por el ordenador y nunca en
realidad de tres dimensiones, por ejemplo.
La cuarta dimensión tiene una gran influencia sobre la
tercera, porque aquí está el origen del deseo, y el deseo es una fuerza muy
poderosa. Así se ubica aquí el concepto de “astralidad”.
Pero lo divertido es que hasta la economía es una farsa de
cuarta dimensión. El dinero tiene valor porque todos creemos que lo tiene, pero
en realidad, el dinero… no es nada. El panadero acepta su billete y le da una
barra de pan porque cree que el productor de harina le dará harina a cambio de
esos papelitos y a su vez el vendedor de tractores cambiará un tractor por un
mayor número de esos papelitos, pero en realidad todo es un acuerdo. Todos
creen que el otro aceptará, y por eso pensamos que el papel moneda, tiene
valor.
Más duro es el tema bancario. Si el Sr A pone 1000 en el
banco, el Sr B pone 4000, y el Sr. C pone 5000 lo lógico sería que el banco
diera préstamos o hiciera inversiones por valor de 10.000 pero no, el banco invierte
o presta por valor de 100.000 de manera que lo que el banco tiene (es decir en
material, en la tercera dimensión) son 10.000 pero lo que dice que tiene, y
todos lo creemos, es 100.000, de manera que esta ficción pertenece a la 4ª
dimensión, pues es algo realmente inexistente pero que todos aceptamos. En
realidad todas las ayudas que se da a la banca es para hacer que esta
virtualidad, que esta riqueza ficticia, que esta “mentira”, si consideramos
como mentira todo lo que no sea la tercera dimensión, siga en pie.
Cuando se oyen cosas del tipo: “que los bancos nos devuelvan
el dinero” eso simplemente, materialmente, no es posible, porque la totalidad
del dinero que dicen que tienen, materialmente (en tercera dimensión) NO lo
tienen. Técnicamente si alguien quiere investigar la relación entre lo que
dicen que tienen los bancos y lo que realmente tienen vendría definido por el
“coeficiente de caja” pero este es un tema técnico.
Fíjese pues que la crisis bancaria puede entenderse desde un
enfoque de las dimensiones. Si cae la economía desde la cuarta dimensión a la
tercera, es un caos. El no dejar sacar los ahorros a los ahorradores es
simplemente porque esos, materialmente, no existen, pero como todos creen que
existen el juego de la banca continúa. Y se quiere que continúe por los
Estados, de manera que… ¡a ayudar a la banca!
En nuestros días la economía NO es una cuestión material,
¡sino astral!
Para poner otro ejemplo, el precio de los productos que
compra hoy, desde los tomates a la gasolina, depende del precio que se están
pagando los mismos en el mercado de futuros, donde se negocian unos productos
que aún no existen, es decir que no están físicamente (tercera dimensión) pero
si son negociados en esta cuarta dimensión de intangibles afectando ahora
mismo.
En realidad la crisis actual es producto del excesivo
distanciamiento entre la cuarta dimensión económica y la tercera. Si se engaña
un poco no pasa nada pero si se engaña mucho…. luego cuesta poner las cosas en
su sitio.
Hace cinco años la banca por un piso valorado en 100.000 te
dejaba 120.000, ahora por el mismo piso te dejarán 60.000. Si el piso es el
mismo (tercera dimensión) ¿dónde está la diferencia? Pues en ese mundo de
ensueño de la cuarta dimensión que ubica las expectativas, pues al fin y al
cabo una expectativa es una creencia no realizada pero que afecta a lo que hay,
vamos que la cuarta afecta a la tercera.
Como el dinero ha pasado de ser un medio de intercambio de
mercancías (es decir una cosa para cambiar objetos todo dentro de la tercera
dimensión) a ser un indicador de expectativas, la economía ya no responde
totalmente a una realidad material, o dicho en nuestras definiciones, el dinero
ya no es tanto de la tercera como de la cuarta dimensión y el desajuste es lo
que produce la crisis. Esto para que se vea la influencia entre dimensiones.
LA QUINTA
DIMENSIÓN es la dimensión mental. Esta dimensión está de moda, y
tiene por abanderado a la ciencia. La ciencia ocupa el papel que antes ocupaba
la fe y es divertido eso de oír “estudios científicos demuestran que…” y a
continuación las cosas más extrañas pero claro… ¡si lo dice la ciencia!
El ser humano posee un ordenador central potentísimo llamado
cerebro y este se ha puesto al servicio de la tercera dimensión, de ahí su
carácter “material” Nos gusta la ciencia pues nos da seguridad y poder. Incluso
hasta las emociones pueden ser juzgadas bajo la lupa científica desde su
vertiente utilitaria. El juego lógico, la norma, la regla, el sistema, el
esquema etc. todo eso son propios de esa dimensión.
Y en ella habrían dos niveles: el inferior, referido a la
utilidad de nuestro cerebro para hacer más segura la vida en la tercera
dimensión, y la superior que se refería al poder creador. Podríamos decir que
en el inferior rige el cerebro y en el superior la mente.
Y este poder creador de nuestra mente es lo que más nos
acerca a dejar el plano tierra para volar más lejos, para ser pequeños diosecillos
lo cual supondría entrar ya en el mundo espiritual.
De ahí la importancia para nuestras vidas que tiene el ser
creadores. No importa de qué. No importa se trate de una nueva receta de cocina
o la creación de una web; no importa ni el reconocimiento externo (eso sería de
cuarta), ni el dinero que se gane (de tercera), lo que importa es que debemos
CREAR.
Hasta que no lleguemos ahí nuestra vida no es propiamente
nuestra pues seguimos dinámicas marcadas. En resumen: si no eres creador, no
eres.
El hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, tiene poder
creador, en consecuencia, hay que crear.
En esta quinta dimensión superior es donde se ubica la
creación mental y es el punto en que se basa la física cuántica para decirnos
qué es la realidad.
Ahora bien, todas estas definiciones de dimensiones parecen
dejar algo muy importe, que es… ¿dónde se ubica la FELICIDAD?
Ahora es el turno de hablar de LA 6ª DIMENSIÓN y es importante porque, entre otras ideas,
aquí se engloba el concepto de felicidad. Pero no una felicidad condicionada a
algo, no se trata de felicidad porque ha ganado mi equipo, porque haber logrado
esto o aquello, no, se trata del estado de felicidad por sí mismo, que no
depende de nada. Ser feliz por haber ganado mi equipo no es felicidad pues
cuando pierda dejaré de sentirme así. No hay que confundir la euforia con la
felicidad. Usted puede estar eufórico por muchas cosas, pero eso no es ser
feliz. La felicidad es un estado que no está vinculado a nada salvo a sí misma,
por eso somos tan pocas veces felices. El estado de contemplación de un místico
que afirma que las palabras son pobres para definir su estado, eso es
felicidad. El estado del enamorado al saberse correspondido eso es euforia, y
esta es siempre momentánea. Basta pierda esa correspondencia para que se sienta
desdichado, es decir para ver acabada su euforia. Estar eufórico por algo está
muy bien y es muy grato, pero la felicidad es algo distinto.
Si la dimensión quinta era la racional y estamos hablando
ahora de una sexta dimensión en esta estará incluido todo aquello que
precisamente existe pero… que no es racional. La telepatía, la intuición y todo
eso que probablemente hayamos vivido en nuestro ser pero que no podemos
explicar pero que verificamos con asombro que funciona, pertenece a esa sexta
dimensión de la que estamos hablando.
Vamos a poner un ejemplo. Seguramente usted habrá conocido a
alguna de esas personas que hablan a las plantas. Racionalmente eso es un
absurdo pues las plantas no poseen órganos auditivos que les permitan escuchar
nada y por otra parte tampoco tendrían porque reaccionar de una manera
determinada. Pero cuando uno ve que a esa persona que habla con las plantas
estas le crecen muy bien y en lugares que la botánica no recomendaría, se
siente sorprendido. Y es que aquí la lógica de la quinta dimensión no funciona,
aquí lo importante es el resultado final y punto. Si la quinta dimensión a
través de su buque estrella que es la ciencia pretende establecer una cadena
lógica de causa – efecto y que ello se produzca siempre, aquí esto ya no es
así. Puede ser que la Sra X hable con las plantas y estas le crezcan
perfectamente aunque las riegue mucho y se recomiende que a esas especies se
les debe regar poco, pero el hecho que usted se ponga ahora a hablar con las
plantas no garantiza ningún éxito. La diferencia está en que la Sra X está en
una sexta dimensión en este caso (no tiene por qué ser así en todos los ámbitos
de su vida) y usted en una quinta, si cree que ahora copiando la causa puede
repetirse el efecto.
La sexta dimensión es cierta pero particular, mientras que
en la 5ª dimensión igual causa produce siempre igual efecto. Eso a la ciencia
le molesta mucho y por ello pretende siempre negar realidades como que hablar
con las plantas puede ser (no siempre) beneficioso para el crecimiento, o que
medicinas alternativas como la homeopatía, el Reiki o la meditación ayudan.
Aquí no hay universalidad y eso es lo que molesta tanto el patrón científico.
Pero lo que pasa es que la ciencia está en una 5ª dimensión y eso de las
plantas en la sexta de manera que una no podrá nunca explicar a la otra. Es
como si usted tiene que definir por palabras, es decir dando una descripción
racional propia de la 5 dimensión, a que sabe el chocolate a alguien que no lo
ha probado nunca, (el sabor estaría en la tercera). Vaya que la razón no puede
con todo y si tiene que explicar a qué sabe el chocolate a nuestro hombre
inexperto en placeres de dulces, lo único posible es darle a probar una tableta
y no darle un rollo técnico de descripciones que se capta por el gusto no por
la explicación con palabras.
Quien está situado en la sexta dimensión por lo general es
tratado de raro, pues claro, lo que hace no es lo común que es lo que manda la
5º, la estructura lógica, pero por otra parte a pesar que se sabe no
comprendido poco lo importa. Está por encima del juicio, que está en una cuarta
dimensión de la emotividad, del bien y del mal.
Mientras que la dimensión racional plantea los “como” de las
cosas, ahora La sexta pone la fuerza en el deseo, en la fe. Volvamos al ejemplo
de las plantas. La quinta dimensión busca los abonos a poner, la sexta quiere
con toda su fuerza que la planta esté bien y así crezca, por eso, para que se
sienta querida, le habla. Pero eso no es un recurso hipócrita, es que mana del
interior de la persona, precisamente los reflejos de nuestro interior, nuestro
ser puro (véase los artículos sobre la pureza) pertenecen a esa sexta
dimensión.
Y claro si en la sexta dimensión se encuentra la felicidad
es normal que uno se plantee ¿qué tengo que hacer para llegar a ella? ¿Cómo lo
hago? Pero precisamente eso de plantearse los cómo es propio de la quinta
dimensión y ahora estamos hablando de una dimensión superior. De manera que
visto desde la perspectiva lógica (aquí se escribe usando la lógica racional)
parece que por muy bonita que sea esta sexta, poco podemos hacer.
En realidad sí que hay llaves, solo que estas no le
parecerán concretas, lógicas, coherentes. A la sexta dimensión se llega por la
fe y la fe es algo inabarcable por la mente pero posible. Y el otro concepto
para entrar en una sexta dimensión se deduce de su propio nombre con el que es conocida
en términos esotéricos: “el reino de los espíritus puros”. Por cierto, los
ángeles se mueven por esta dimensión.
Quien esperase un manual de instrucciones para llegar a una
sexta lamento defraudarlo. Se puede llegar a esta dimensión pero desde tú
interior, desde tú fe y tú pureza.
Que la Fuerza le acompañe.
Este artículo no es de mi propiedad, eh tratado de buscar la
continuación de tal, pero no lo eh encontrado, mi propósito es continuar con
publicaciones sobre las dimensiones para poder tener una idea más clara sobre
estas.
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