Técnicas Mágicas

by - agosto 13, 2019



Texto por Scott Cunningham del libro La magia de los cuatro elementos: Como dominar las energías de la tierra, el aire, el fuego y el agua, Primera parte: Bases de la magia.


Si éste es su primer viaje por el mundo de la magia, el camino puede parecerle extraño. Se enfrentará a términos e ideas poco familiares. Este capítulo es el mapa de ese poderoso territorio. Aquí se proveerá de los instrumentos necesarios para un trabajo mágico efectivo.

Energía

Muchos creen que la magia conlleva dibujar signos secretos, pronunciar palabras incomprensibles, caminar de espaldas alrededor de piedras agrietadas y muchos otros actos inusuales. Creen que tales cosas son el principio y el fin de la magia.

De hecho, dichos actos son la parte menos importante de la magia. No tienen significado a menos que ayuden al mago a conectar con la energía en cualquiera de sus múltiples formas. En realidad la magia puede realizarse sin ningún tipo de movimiento, sin tocar objetos físicos e incluso sin pronunciar una sola palabra de poder. Para algunos, ésta es la forma más potente de la magia, porque utiliza solamente el poder de nuestras mentes y nuestros cuerpos. Pero eso no es magia natural.

Aunque la energía utilizada en la magia deriva de una fuente universal, hay varias manifestaciones de ella. Adicionalmente, la energía mágica también existe en formas no físicas (por ejemplo, el poder usado en los rituales religiosos).

En la magia natural hay dos tipos de energía:

Poder personal

Empecemos por el principio: usted. Usted ya está familiarizado con esta fuente de poder mágico. Lo ha sentido cuando ha subido varios escalones, cuando ha visto una impactante película de terror, cuando se ha enfadado o cuando se ha visto inmerso en el amor. Es el poder personal, la energía que emana de nuestro cuerpo físico. Cuando gozamos de buena salud, nuestro cuerpo es capaz de producir grandes cantidades de energía, corno sabe más de un atleta que haya sido empujado a límites que parecen sobrehumanos. Esta energía deriva de la tierra, porque nuestros cuerpos transforman la comida, la luz del sol, el aire fresco y el agua en poder a nuestra disposición. Normalmente utilizamos esta energía para mantenernos en buen estado de salud y para actividades cotidianas, como hacer ejercicio, trabajar, dormir, estudiar, pensar y el sexo, entre otras.

En magia, transferimos parte de esta energía hacia otros fines. El poder personal es despertado (apretando los músculos), enfocado hacia una meta (a través de la visualización) y liberado para llevar a la realidad dicha meta. Es un proceso simple, y no es muy diferente a concentrarte para estudiar toda una noche, correr una maratón, acabar una obra de arte o escribir un poema. La intención, que no el proceso, es el mismo: dirigimos energía para completar un proyecto.
En magia liberamos conscientemente esta energía para que pueda provocar los cambios que necesitamos. El método para conseguirlo se expone seguidamente.

Generalmente liberamos el poder personal de nuestro cuerpo mediante la mano de proyección. Es la mano que utilizamos para escribir; la derecha en la mayoría de nosotros. Si es ambidiestro puede usar cualquiera de las dos.

NOTA: la cantidad de energía descargada por el cuerpo durante la magia no es tan grande como para causar daños a la salud del mago.

El poder de la Tierra

La segunda fuente de energía mágica emana de la Tierra. Aquellos de nosotros que hemos admirado un grupo de árboles, un campo de flores, un lago tranquilo o una cueva hemos sentido ya algo de esta energía que reside en la Tierra.

Los magos sienten incluso cantidades mayores de energía en los objetos naturales y los eligen (según su naturaleza) para que actúen como pilas mágicas en los rituales. Plantas, piedras, lagos, océanos, tormentas, vientos, fuego y muchos otros están incluidos dentro de estos objetos naturales. Cada uno posee tipos de energía distintos y característicos, adecuados para cambios mágicos específicos.
En la magia natural unimos el poder personal con el poder de la Tierra. Esto se hace mediante ciertos rituales encaminados a crear los cambios que necesitamos. El tipo de cambio determina la naturaleza del poder de la Tierra que debemos utilizar.

Absorbemos el poder de la Tierra (y todos los tipos de energía que no se originan en nuestro cuerpo) a través de la mano de recepción (la contraria de la mano de proyección descrita anteriormente). Para la mayoría de nosotros es la mano izquierda.

El poder de la Tierra se divide en cuatro grandes grupos: tierra, aire, fuego y agua. Estos son los Elementos.

La necesidad o meta

No podemos hacer magia sin una necesidad. Ésta puede ser cualquier cosa, desde perder peso o enamorarse a aprobar un examen o pagar antiguas deudas. La necesidad debe ser una verdadera pasión y no un deseo caprichoso.

La necesidad no debe ser imposible de conseguir. Llevar a cabo rituales encaminados a hacerle volar (sin ningún tipo de avión), a casarse con alguna famosa estrella cinematográfica (que nunca ha conocido) o a que le toque la lotería (cuando hay millones de personas intentando lo mismo) solamente le traerá decepciones.

Si sus necesidades son simples y alcanzables, se verá premiado con el éxito.

Visualización

Es una de las partes más importantes de cada hechizo. La visualización es un proceso natural por el que creamos imágenes en nuestras mentes. En magia, creamos las imágenes de la necesidad y ahuyentamos todas las imágenes del problema. Es decir, debemos vernos con muy buena salud, prósperos o conduciendo un coche, pero nunca vemos enfermos, pobres o caminando hacia la parada del autobús.

Nuestra habilidad para visualizar es una de las más importantes herramientas de la magia. Somos capaces de crear (de ver) el futuro en nuestras mentes. Crear imágenes en la mente durante la magia da una dirección y un objetivo al poder que hemos convocado.

Para practicar la visualización, imagine que su mente es una pantalla de televisión. Sintonice en ella una imagen de usted (mírese en un espejo o vea una fotografía para refrescar su memoria; después véase en su mente). Una vez que ya se haya visto en esa pantalla interior, imagine (vea) la cara de su mejor amigo, la de su gato, perro o pájaro; la de su político preferido o una manzana roja perfecta. Vea realmente esas cosas. Hágalas verdaderas, en color y en tres dimensiones.

El siguiente paso es una expansión del anterior: vuelva a verse, pero imagínese conduciendo un coche; viviendo en un apartamento nuevo; aprobando un examen o consiguiendo un empleo satisfactorio. Eso es lo que estará haciendo durante los rituales y hechizos: visualizar el cambio que necesita como si ya hubiera ocurrido.

La visualización es el timón de la magia. Se encarga de que la energía vaya al lugar correcto. Pero muchos de nosotros tenemos dificultades en este proceso, por eso en la magia natural se utilizan a menudo símbolos, fotografías, dibujos y otros objetos, como focos para nuestra concentración. Estos objetos, por sí mismos, tienen poco poder, pero usados como focos puntuales de nuestra concentración, nos permiten imprimirle la energía con una necesidad y, eventualmente, dirigir el poder hacia su destino.

El hechizo

Un hechizo es un ritual mágico. Normalmente es de naturaleza no-religiosa y conlleva, a menudo, la utilización de símbolos o de acciones y palabras simbólicas. Consiste en una serie de movimientos específicos, el uso de objetos y de procesos internos (como la visualización), para crear una manifestación específica.

Los antiguos hechizos no son más efectivos que los nuevos. Pero para manifestar su necesidad, el hechizo debe estar diseñado para realizar tres cosas:

a) Despertar el poder personal (y. en magia natural, unirlo con el poder de la Tierra).
b) Programar esta energía (a través de la visualización).
c) Liberar la energía.

En este lugar encontraras todo tipo de hechizos. Cada uno de ellos está diseñado para cumplir estas tres premisas, pero necesitan la ayuda del mago. Un hechizo es verdaderamente mágico solamente en las manos de un mago. Una vez haya empezado a practicar la magia será un mago.

Cargar

Es un aspecto de la magia natural. Cargar es un proceso consistente en enviar poder personal a un objeto o a un lugar específico (tales como un recipiente de agua, una vela, una hoja...). Para cargar algo, téngalo en su mano de proyección, visualice la necesidad, despierte el poder personal (apriete los músculos hasta que se estremezca) y proyecte la energía fuera de su cuerpo, mediante la mano de proyección, hacia el objeto.

La voz mágica

Al recitar cantos mágicos y palabras de poder, utilice su voz más firme, más poderosa. Hablar suavemente aminora los efectos de las palabras. Las palabras están ahí para afectarle a usted, no a una extraña entidad o deidad. Dígalas con tanta fuerza como pueda.

Naturalmente, habrá veces en las que tendrá que susurrar las palabras. Cuando eso suceda, ponga tanto sentimiento en ellas como le sea posible. El efecto será el mismo.

No se preocupe por la exactitud de las palabras. Aunque se salte una de ellas no mermará la efectividad del hechizo. Pero si después de tropezar en una o dos sílabas, nota que está perdiendo la concentración y que su visualización se debilita, lo mejor es detenerse, volver un poco hacia atrás y repetir otra vez las palabras.

Hay hechizos que no necesitan palabras. De hecho, en la magia natural, la visualización es mucho más importante que las palabras. Las palabras se pronuncian para fortalecer el poder personal, excitar las emociones y afinar la visualización. Las palabras son los vehículos que le llevan a su destino, no el mismo destino.

Preparándose para los rituales

Ésta es la lista de las cosas que debe hacer antes de llevar a cabo los rituales mágicos en su hogar. Muchos rituales pueden realizarse en otros lugares e incluso pueden ser más eficaces en el exterior. Desde luego, si realiza sus hechizos en la playa, no tendrá que preocuparse de descolgar el teléfono.

1. Asegúrese de que no le molestarán durante el hechizo. Eso quiere decir cerrar con llave la puerta; correr las cortinas (salvo en el caso de que no puedan verle a través de la ventana); desenchufar el teléfono (o desconectarlo y bajar el volumen del contestador automático); y/o avisar a los que vivan con usted de que no deben interrumpirle. De esa forma, evitando cualquier tipo de interrupción, tendrá la seguridad de que podrá concentrarse. Si es necesario, practique sus rituales bien entrada la noche, una vez que todos se hayan ido a dormir.
2. Prepárese físicamente para el rito. Tome un baño o dúchese; vístase con ropa limpia, preferentemente de algodón (si es posible evite llevar ropa de fibra sintética durante la magia natural). Los ropajes no son necesarios e incluso no tiene por qué llevar ropa, si le parece más cómodo prescindir de ella.
3. Asegúrese de que su necesidad es auténtica, y de que es posible conseguirla. Aunque ya debería haberlo pensado antes, recuerde que nunca es tarde para decidirse a utilizar otro ritual. Algunos magos llevan a cabo un acto de adivinación (véase el glosario), antes de realizar cualquier tipo de magia, para descubrir la naturaleza del problema y su solución. Como realizará la mayor parte de los hechizos para usted, es muy probable que no necesite la adivinación.
4. Antes de empezar, respire profundamente durante unos segundos. Eso aquietará su mente, preparará su cuerpo y le permitirá comenzar concentrándose en su necesidad.

Llevando a cabo un ritual

1. Consiga los utensilios necesarios.
2. Siéntese cómodamente unos instantes. Respire profundamente. Concéntrese en el cambio que está a punto de realizar. Anule todos los pensamientos relacionados con el problema y piense sólo en su solución.
3. Visualice al tiempo que empieza a trabajar con los objetos. Cárguelos si es necesario.
4. Pronuncie las palabras o el cántico, si es necesario.
5. Reúna el poder de su cuerpo tensando los músculos. Al mismo tiempo, obtenga la energía de los objetos naturales que ha elegido para su utilización en este hechizo, manteniendo su mano de recepción encima de ellos, cogiéndolos, o lo que corresponda, de acuerdo con las exigencias del hechizo.
6. Cuando el poder esté en su punto álgido, cuando se sienta temblar al intentar retenerlo, libérelo. Proyecte el poder de su cuerpo a través de su mano de proyección, relajando los músculos de su cuerpo. Puede enviarlo a una vela, a una piedra, al fuego, a un vaso de agua o a cualquier otro objeto. Desee y sienta como fa energía le deja para hacer su trabajo.
7. Repita el hechizo hasta que haya surtido efecto.

¿Por qué arriesgarse?

Me estoy refiriendo, por supuesto, a trabajar con magia negra. Hay pocas reglas en magia, y son simples y fáciles de seguir:

- No practique magia para molestar, irritar, dañar, herir o matar a otra persona.
- No practique magia con el fin de atar, influenciar, manipular o controlar a otra persona.
- No practique magia para intentar conseguir el amor de una determinada persona.
- No practique magia para tratar de conseguir los favores sexuales de otra persona.
- No venda sus hechizos mágicos.
- No practique magia para satisfacer su ego.
- No practique magia de ninguna clase para otra persona (incluso si es beneficiosa) sin su consentimiento.

Éstas no son tan sólo mis directrices. Han sido desarrolladas por magos experimentados durante milenios. Están basadas en la idea de que la magia es un maravilloso instrumento para conseguir transformaciones personales positivas. Su mal uso (cualquiera de las formas descritas anteriormente y algunas otras) la convierte en un instrumento de maldad.

La magia es lo que hacemos de ella. Además, la magia también nos influye. Si hacemos magia para controlar a alguien, alguien nos controlará. Si hacemos magia para dañar a alguien, alguien nos dañará.

Si hacemos magia para satisfacer nuestro ego, algo acabará aplastándolo. Eso ocurre siempre.
Concentrarse en este tipo de energías hará que se desarrollen en su interior. Pronto será víctima de sus propios hechizos. He dicho todo lo que he podido sobre los peligros de esta magia. ¿Por qué arriesgarse?

Magia para otros

Es bonito hacer magia para otros.... después de haber obtenido el permiso de la persona en cuestión.
Esto podría parecer ridículo, pero está basado en conceptos sencillos: primero, realizar magia para otra persona -incluso si es un buen amigo y la magia es beneficiosa es una manipulación. Hacerlo sin su consentimiento es, además, un acto de sabotaje mágico.

Así que, repito de nuevo, lo mejor es preguntar a sus amigos si en realidad desean los efectos del hechizo. Muchas veces no entendemos la vida de nuestros amigos y podríamos malinterpretar sus palabras o actos. Llevar a cabo un hechizo para cambiar una situación imaginaria es una pérdida de tiempo y energía. Es mucho mejor dialogar con la persona, obtener una visión interior del problema y conseguir su visto bueno antes de empezar a sacar velas y hierbas.

Normalmente la magia es un instrumento de autotransformación. La utilizamos para mejorar nuestras vidas. También podemos usarla para otros y con buenos resultados, pero sólo con su permiso.

La vida mágica

Este lugar es una recopilación de hechizos y ritos mágicos que van unidos al mundo que nos rodea. Al llevar a cabo éstas y similares operaciones de magia, muchos acceden a una nueva dimensión. En lugar de ver sus vidas como una interminable serie de pruebas, desencantos y fracasos, la viven como una alegre celebración y unión con otras personas, animales, la Tierra y con aquello que lo creó todo.

La magia natural hace eso. Nos abre a nuevas experiencias y nos permite ver lo que ha habido siempre delante de nuestras narices: la luna llena pintando de plata a una nube, el suave ir y venir de las mareas, la deslumbrante simetría de un girasol rebosante de semillas, la caricia del viento...

Con esta visión ampliada, muchos magos se dan cuenta de que la magia ha estado siempre presente en sus vidas, que es nuestra herencia común como seres humanos. Este descubrimiento y la continuidad de sus actividades mágicas, les convence de que la vida en sí misma es un proceso mágico. Y entonces empiezan a llevar vidas mágicas.

La vida mágica no es exclusivamente realizar hechizos, reunir hierbas o entonar cánticos. La vida mágica es aquella en la que percibimos con un asombro maravillado las sutiles pero reales energías de la Tierra; en la que sentimos cómo los ciclos de la naturaleza nos transforman; en la que nosotros, como seres humanos, respetamos las fuerzas incognoscibles que forman nuestro mundo y nos dan la vida.

Continuamos con nuestro trabajo, cuidamos a nuestros seres queridos y seguimos pagando facturas, pero también vemos cómo florece la magia en una sonrisa, sentimos el agradecimiento de la Tierra cuando plantamos árboles y escuchamos al viento cantar mientras el sol se hunde en el horizonte por el oeste.

Podemos lograr la vida mágica fácilmente. Realmente vale la pena conseguirla, porque en su elevada existencia los problemas se convierten en soluciones, las dudas en esperanza y la vida se transforma en una experiencia positiva, más feliz y más gratificante.

Si los magos no ganan nada más de la magia, sus esfuerzos han valido la pena.

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